Los Niños Héroes (Juan de la Barrera, Francisco Márquez, Fernando Montes de Oca, Agustín Melgar, Vicente Suárez y Juan Escutia) ofrendaron su vida a cambio de defender a México, aquí es cuando la expresión "sobre mi cadáver" toma sentido.
En realidad es la historia de una derrota, pues al día siguiente los estadounidenses se apropiaron de la capital de México y de esta manera nuestro país tuvo que ceder las tierras de Texas, Arizona, Nuevo México y Alta California. Sin embargo, en México desde que somos pequeños, se nos enseña a que morir por la patria es un acto aceptable y heroico, es parte de nuestra cultura y si no chequen el Himno Nacional o cualquier otro canto de honores a la bandera:
"Bandera mexicana [...]
prometo desde hoy amor eterno a ti.
Mi vida ofrendaré por defender tu libertad,
Si no lo hiciera así me lo demandará,
mi patria y mi nación..."
Cada año, el 13 de septiembre el presidente de la República ofrece una ceremonia cívica especial para recordar a los jóvenes mártires de aquel 13 de septiembre de 1847.
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